
El reflejo de babinski se basa en respuestas innatas reproducidas por los bebés ante algún contacto o estímulo. En este caso, el estímulo aparece al frotar con fuerza la planta del pie del bebé o niño.
Dependiendo de la reacción que tenga el niño podremos conocer información sobre su salud neurológica.
Es uno de los reflejos automáticos de los bebés que tienen cuando nacen. También se conoce como reflejo plantar exterior.
La respuesta que se obtiene está en el dedo pulgar, moviéndose hacia arriba mientras que el resto de dedos se abre en forma de abanico.
Con este reflejo de babinski podemos evaluar que la médula espinal esté integrada y funcione correctamente.
¿EL REFLEJO DE BABINSKI DESAPARECE?
Normalmente este reflejo suele permanecer hasta los dos años, cuando el niño está completamente desarrollado fisiológicamente. Se elimina de forma natural, a veces cuando el bebé comienza a gatear o dar sus primeros pasitos.
Es importante controlar que desaparece porque sino podría ser señal de complicación en el sistema nervioso central.
Por el contrario, si en los 6 primeros meses del bebé no aparece este reflejo podría significar parálisis cerebral o retraso mental.
RESPUESTAS
Las respuestas del reflejo de babinski pueden ser las siguientes;
- Flexión: los dedos del pie miran hacia arriba y también hacia el interior. Es la que suelen tener los adultos.
- Extensión: la dirección del dedo gordo del pie es hacia el empeine y los demás dedos se abren en forma de abanico. Este es el reflejo de un bebé que continúa teniendo el reflejo de babinski positivo.
- Respuesta ambigua: esto ocurre cuando en un lado el bebé responde pero en el otro no, para asegurarse de que no existe ningún problema, lo adecuado es realizar otros tipos de análisis.
CAUSAS
Cuando este reflejo perdura en niños mayores de 2 años o en adultos, suele ser debido a trastornos en el sistema nervioso. Algunos de ellos pueden ser:
- Esclerosis lateral amiotrófica (enfermedad de Lou Gehrig).
- Lesión o tumor cerebral.
- Meningitis (infección de las membranas que recubren el cerebro y la médula espinal.
- Esclerosis múltiple.
- Anomalía, tumor o lesión de la médula espinal.
- Accidente cerebrovascular.
Conoce más información sobre bebés pulsando aquí.